Los combustibles fósiles son cuatro: petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo.
Se trata de la acumulación de grandes masas de restos orgánicos provenientes de plantas y animales. Al ser enterrada, esta biomasa no fue descompuesta, y fue cubierta por capas de sedimento. Es con la presión y la temperatura creciente cuando, progresivamente se transforma en petróleo, carbón o gas.
A pesar de proceder de materia orgánica, no se consideran recursos renovables ya que no pueden reponerse a corto plazo.